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Sin duda la mejor etapa de la mujer es el embarazo, pero también hay que reconocer que llega acompañada de un sinfín de temores y uno de los más fuertes es el alumbramiento, y el miedo tiende a incrementarse ante la preocupación por sufrir un parto pretérmino o prematuro.
Un parto prematuro, se define como el nacimiento que ocurre antes de completar las 37 semanas de gestación. El límite inferior de la edad gestacional aceptada como parto prematuro por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 22 semanas (o un feto mayor de 500 gramos de peso).
Actualmente, En América Latina se producen casi 12 millones de nacimientos anuales, de los cuales 135 mil mueren por prematuridad. El parto prematuro espontáneo es responsable de más de un 50 por ciento de los nacimientos pretérmino y su frecuencia varía entre 5 y 12 por ciento en las regiones desarrolladas del mundo, pero puede ser de hasta 40 por ciento en las regiones más pobres. El parto prematuro es el responsable del 75 por ciento de mortalidad perinatal y el 50 por ciento de malformaciones neurológicas en el recién nacido.
El origen del parto prematuro ha sido ampliamente estudiado y se han podido determinar las causas generales que podrían ser básicamente asociados en cuatro grandes grupos:
En general, la edad materna y el antecedente de un parto prematuro previo son los factores de riesgo más importantes en la implicación de un nacimiento prematuro subsiguiente. Otros factores relacionados son:
Actualmente son múltiples los recursos que se han ido desarrollando para disminuir la incidencia del parto prematuro y los índices de morbimortalidad. Uno de estos recursos es la corticoterapia, una intervención obstétrica que ha contribuido a mejorar el resultado perinatal.
Numerosos estudios han demostrado el beneficio que implica esta técnica ya que con ella disminuye la mortalidad perinatal, distrés respiratorio, hemorragia interventricular, así como enterocolitis necrotizante. Asimismo se ha demostrado que su uso disminuye la morbimortalidad neonatal incluso en las primeras 24 horas, por lo que se debe administrar aunque el parto sea inminente.
Es importante mencionar que la atención del parto o cesárea antes de las 37 semanas de gestación requiere la presencia de un profesional en atención de recién nacidos, en donde siempre es preferible un neonatólogo y en su defecto un pediatra. Estos nacimientos no deben ser atendidos por médicos generales, pues está comprobado que la atención inmediata por un profesional capacitado (neonatólogo) mejora los resultados neonatales.
Sin duda la mejor manera para no atravesar por un parto pretérmino o prematuro es la prevención y para ello te compartimos las siguientes recomendaciones.
Pese a que el parto prematuro es una situación que puede suceder, es importante mantener la tranquilidad y asistir con un especialista durante el embarazo e incluso antes para asegurarse de que el organismo funciona perfectamente y de esta forma llevar el embarazo a un final feliz en compañía de los que más quieres.